Alonso arrancará el tercero, justo detrás de Sebastian Vettel, que se apuntó su décima pole position de la temporada, y de Lewis Hamilton que durante todo el fin de semana se ha manejado de perlas al volante de un revitalizado McLaren. Mark Webber, el principal rival de Alonso en la pelea por la corona, partirá el quinto tras realizar una última eliminatoria, la Q3, muy poco ortodoxa (no cambió de neumáticos).
El panorama se abre para el chico de Oviedo, que gracias a la posición que ocupará en la parrilla podrá permitirse el lujo de contemporizar y no le hará falta meterse en líos. Para ser campeón le basta con terminar la carrera de la misma forma que la comenzará (si no gana Webber es suficiente con que concluya el cuarto), y eso hay que interpretarlo como un privilegio enorme a estas alturas de la película.
Vettel, por su parte, logró su décima pole de la temporada y la 15ª para Red Bull, que, de esta forma, iguala el record que hasta ahora compartían McLaren (1989) y Williams (1993). En esos dos campeonatos, el equipo que llegó a esa cifra logró el título. A menos que ocurra algo que alborote la carrera de mañana, que bien puede suceder, la historia no se repetirá esta vez. Resulta difícil pensar que un binomio tan potente como el que forman Alonso y Ferrari deje escapar una ocasión como esta.
Fuente: elpais.com
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