domingo, 8 de septiembre de 2013

Vettel gana en Mónaco y Alonso siempre grande de 5to a 2do.

Vettel rueda por delante de Alonso y Massa en el circuito de Monza. / SRDJAN SUKI (EFE)
El Mundial es cosa de dos. Y se corre el riesgo de que muy pronto se convierta en un monólogo. El predominio de Red Bull solo parece capaz de frenarlo un Fernando Alonso cada vez más comprometido en la tarea de conquistar su tercer título mundial, pero al mismo tiempo cada vez más tenso dentro del equipo Ferrari. Vettel no dejó escapar en Monza la posibilidad de demostrar en casa de los monoplazas rojos la superioridad que sigue teniendo la escudería austriaca sobre la italiana, lo cual produce siempre un sofocón ante la propia afición. Ahora la distancia a favor del alemán en el Mundial es ya de 53 puntos a falta de siete carreras.

Sin embargo, la estructura de Ferrari sigue trabajando para evolucionar el coche, para responder con mejoras a las peticiones constantes de Alonso. Y en Monza, volvió a evidenciarse que la distancia entre las dos escuderías punteras del Mundial es más bien poca en ritmo de carrera, pero mucha en la clasificación. La segunda posición de Alonso, que había partido quinto, y la cuarta de Massa –detrás de Webber- abren la puerta a la especulación y a la esperanza. Es lo único que todavía les queda a los tifosi, agobiados estos días por la guerra interna que provocaron las quejas de Alonso desde el coche en la clasificación –“sois genios”, les dijo a sus ingenieros con ironía- y por el hecho de verse superados por Vettel en su propia casa.

La carrera estuvo marcada constantemente por el duelo entre Red Bull y Ferrari. Los cuatro coches lucharon por las tres posiciones del podio, sin que ningún otro rival consiguiera incorporarse a esta batalla. Vettel, que salió desde la pole position, se marchó desde el principio sin que nadie pudiera perturbarle durante toda la carrera. Sin embargo, tanto Alonso como Massa sufrieron de lo lindo para contener los ataques de Webber, a pesar de que circuló casi toda la carrera con el alerón delantero medio roto. Webber superó a Massa en la primera parada en boxes para cambiar neumáticos. Y después, se lanzó a un ataque furibundo hacia Alonso, que rodaba algunas décimas más lento.

Vista la superioridad de Vettel, la carrera se centró en la segunda posición. Casi todos los pilotos optaron por un solo cambio de neumáticos. Así que, la cuestión para todos ellos pasó a ser cuáles conservarían mejor las gomas para llegar a la parte final de la carrera en mejores condiciones. Vettel no pareció acusar el hecho de llevar cuatro vueltas más en sus neumáticos que Alonso. Y Webber –que los había cambiado también cuatro vueltas antes que el español- mantenía un ritmo de carrera superior al de Alonso y se colocó hasta cinco décimas, a falta de 10 vueltas.

La amenaza para el asturiano estaba ahí. Pero entonces el peso de estas cuatro vueltas comenzó a pesar en los neumáticos de Webber, que fue perdiendo fuelle. Con Vettel nadie podía, estaba a más de 10 segundos. Pero Alonso, al menos, no veía comprometida la segunda posición. Y Massa podía plantearse incluso atacar a Webber para subirse al podio. Fue el último reto del brasileño en esta carrera. Pero no logró realizarlo. “Más que luchar como leones no podemos hacerlo. Y es lo que hemos hecho”, reconoció Stefano Domenicali, director de la escudería Ferrari, en un claro signo de impotencia.

Por detrás, Hulkenberg acabó quinto, Rosberg, sexto y Ricciardo, séptimo. Raikkonen se encalló en la salida, al tener que cambiar el morro, y Hamilton pagó las culpas de su mala clasificación.

Fuente: http://deportes.elpais.com

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