domingo, 6 de octubre de 2013

Vettel llegó primero en Corea en una carrera que la hicieron interesante los demás


El dominio de Sebastian Vettel en el Mundial de fórmula 1 es insultante. Desde el Gran Premio de Canadá sus victorias han sido prácticamente consecutivas, con la excepción de Gran Bretaña, donde tuvo un problema mecánico, y de Hungría, donde concluyó tercero. Así que la victoria en Corea le permite una estadística de escándalo: ha ganado las cuatro últimas carreras y seis de las últimas ocho. Lo que supone un paso casi definitivo para asegurarse su cuarto título mundial consecutivo. Una corona que le igualaría al legendario Alain Prost… y le acercaría al record absoluto de Michael Schumacher, con siete.

Vettel volvió a dominar la carrera desde el principio hasta el final, sin que nadie pudiera plantarle cara. Cuando dispuso de los neumáticos en buenas condiciones, marcó los mejores tiempos con ventajas que oscilaban entre el medio segundo y el segundo. Daba lo mismo que fuera con neumáticos blandos o duros. Nadie podía con él. Y eso le llevó a lo más alto del podio, que compartió con Raikkonen y Grosjean, los dos pilotos de Lotus que mostraron el potencial de su coche en esta parte final del campeonato.
Fernando Alonso sufrió toda la carrera. No tuvo una buena salida, frenado por Hulkenberg, y perdió incluso una posición. Y después, tras el primer cambio de neumáticos, sufrió graining y tuvo que defenderse con el cuchillo entre los dientes para no perder todas sus opciones de podio. En realidad, la carrera se le había complicado ya el sábado en la clasificación, donde se hizo patente que Ferrari no está a la altura no solo de Red Bull, sino tampoco de Lotus, ni de Mercedes. Y ahora, incluso Sauber parece haberse sumado a este grupo dominante.
El doble campeón español tuvo la suerte, sin embargo, de las dos entradas del coche de seguridad para poder mantenerse en la lucha por las primeras posiciones. Sus opciones de podio siempre quedaron lejos. Pero, al menos pudo intentar evitar que los daños fueran irreparables. Cuando estalló el neumático delantero derecho de Pérez, en la vuelta 30ª, Alonso se encontraba en octava posición, a 59 segundos del líder. Vettel dominaba por completo, con 5.4s sobre Grosjean, 34 sobre Webber, y 51 sobre Pérez y Raikkonen. Y cuando solo seis vueltas más tarde un toque entre Sutil y Webber provocó un incendio en el coche del australiano (sin que apareciera un comisario hasta que el coche ya estaba en llamas), Vettel ya se había alejado de nuevo.
Fuente: elpais.com 

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